Esta segunda parte del artículo sobre los equipos de alto rendimiento viene a profundizar en algo esencial para hacer que SEIMUN 2016 sea lo que es hoy: no solo una simulación de Naciones Unidas, sino también una experiencia de crecimiento y desarrollo personal y profesional para los que forman este proyecto.
En la primera parte de este artículo se han trazado las primeras líneas de la formación de un equipo de alto rendimiento, pero ¿qué es realmente? ¿Cuál es la diferencia entre un equipo de trabajo normal? Es aquel en el que existe:
- Un propósito claro que todos comparten (se dice que el mejor liderazgo es el de las ideas sobre el proyecto por encima del liderazgo de esas personas).
- Comunicación abierta. Un intercambio ágil de la información permite asegurar que se tomarán las decisiones correctas y que cada persona sabrá qué debe hacer en el 80% de los casos y en el 20% de los casos, donde surjan dudas, sabrá a quién debe dirigirse (dentro o fuera de ese equipo).
- Voluntad de aprender de los demás. Cada proyecto es único y también el rol que cada uno desempeña en el mismo. Por eso, para alcanzar la excelencia, los integrantes de un grupo deben ser receptivos a las propuestas de otros, entenderlas sin prejuicios y empatizar con la intención que se les ha buscado para buscar nuevas formas de hacer las cosas.
- Participación. Para que las personas implicadas en una iniciativa se sientan parte del proyecto, tienen que trabajar de forma activa. Además de realizar tareas específicas de su rol, también deben tomar parte en las discusiones y en la toma de decisiones. El equipo no trabaja para al servicio del proyecto, el equipo se siente “padre” del proyecto y trabaja por él.
- Solución de problemas. Es esencial que el grupo se centre en buscar soluciones, no culpables. Esto genera un ambiente de confianza y motivación entre los compañeros.
- Búsqueda de la excelencia. No sólo en aspectos técnicos, también en lo referente a las relaciones entre sus integrantes y con personas de otras áreas.
- Celebración de los logros. Festejar los éxitos alcanzados tiene un efecto dinamizador en los equipos. Consigue que cada persona se sienta satisfecha y partícipe de un proyecto común.
- Multidisciplinar. La colaboración con otras áreas de la iniciativa favorece el diseño de propuestas innovadoras y ayuda a sacar lo mejor de cada integrante para el delivery final. ¡Recordemos que los miembros no deben trabajar para su área, sino para el proyecto!
- Romper moldes. No hay que tener miedo a cambiar los paradigmas. Prácticamente, a día de hoy está todo inventado; muchas veces los mejores proyectos no consisten tanto en la innovación del contenido, sino en los canales o método a través del cual se va a ofrecer. Si se quiere buscar formas más efectivas de llevarla a cabo, la capacidad innovadora y creativa de los componentes del equipo es la herramienta más potente. A todos nos gusta un desafío, un reto con nosotros mismos, ¡hay que despertar el aventurero que todos llevamos!
- Compromiso. El alto rendimiento y la máxima competencia sólo se alcanza con el compromiso individual y la confianza entre colegas. La responsabilidad puede ser tan crucial en proyectos de este tipo, que el salir de un determinado momento del equipo, no sólo implica que tu trabajo debe ser repartido entre los demás compañeros, sino que supone un potencial aliciente para que, a medida que llega la fase de ejecución, el resto del equipo tenga un sentimiento de abandono paulatino hacia sus responsabilidades y crea que es imposible aquella idea que creían tan firme. La responsabilidad, por tanto, es también hacia el tiempo y dedicación de todo el equipo.
Por tanto, el líder debe ser capaz de ayudar a construir un objetivo claro común y transmitir en sus estrategias y acciones la pasión que le ha impulsado a realizarlo. Asimismo, es el encargado de encontrar a otras personas con las que compartir el proyecto y saber cuidar su experiencia a lo largo de él, tratando de asegurar un correcto seguimiento de su experiencia, no coartar su capacidad creativa y hacerles sentir como lo que son, una parte fundamental del proyecto (más que cualquier elemento externo). Una frase realmente inspiradora sobre este punto es “detrás de una gran idea hay mayores ilusiones”.
Como ya se dijo en la primera parte de este artículo, es fundamental construir juntos como equipo: El objetivo común, los integrantes y sus funciones, las normas de coordinación y trabajo, los canales de comunicación interna y de difusión externa del impacto, horas de trabajo y calendario de actividades, resultados esperados, etc. |
El mayor reto de un líder de un equipo multidisciplinar de más de diez personas, voluntarias y esparcidas por distintos puntos del país como es el caso de SEIMUN 2016, unidas por la pasión por el objetivo común, es poder superar las barreras geográficas y ser capaz de construir un equipo unido. Debe desarrollarlo a nivel personal mientras vive esta experiencia profesional y poder coordinarlos a todos de forma eficiente a pesar de la magnitud de un proyecto de estas características y de las dificultades que vayan apareciendo.
Un último consejo: un líder de equipo no es un dios, no os consideréis como tal cuando lideréis a personas, no sois más que humanos que coordinan y tratan de ayudar a otros, algo así como los engrasadores y mecánicos del gran motor del proyecto, por tanto también tenéis fallos y limitaciones. Sitúate hombro a hombro con tu equipo, sin mirarlo desde arriba. Demuestra que te importan ellos como personas más incluso que el proyecto global, pues de su bienestar personal dependerá éste. Disfruta del rol de líder que debas tomar pero, sobre todo, haz que tu equipo disfrute contigo de esa experiencia, no hay liderazgo en la soledad, ellos están confiando en ti e invirtiendo buena parte de su tiempo en la idea que tú inspiras. Por tanto, tú serás el coordinador pero tus pilares tienen nombres, apellidos, roles y sentimientos. SEIMUN 2016 y UNSA Andalucía son también eso, personas.
Esperamos que este artículo os ayude en vuestro aprendizaje sobre el liderazgo de equipos y que os permita conocernos un poco más.
¡Hasta pronto!
Jesús Cordero, presidente de UNSA Andalucía.
Un último consejo: un líder de equipo no es un dios, no os consideréis como tal cuando lideréis a personas, no sois más que humanos que coordinan y tratan de ayudar a otros, algo así como los engrasadores y mecánicos del gran motor del proyecto, por tanto también tenéis fallos y limitaciones. Sitúate hombro a hombro con tu equipo, sin mirarlo desde arriba. Demuestra que te importan ellos como personas más incluso que el proyecto global, pues de su bienestar personal dependerá éste. Disfruta del rol de líder que debas tomar pero, sobre todo, haz que tu equipo disfrute contigo de esa experiencia, no hay liderazgo en la soledad, ellos están confiando en ti e invirtiendo buena parte de su tiempo en la idea que tú inspiras. Por tanto, tú serás el coordinador pero tus pilares tienen nombres, apellidos, roles y sentimientos. SEIMUN 2016 y UNSA Andalucía son también eso, personas.
Esperamos que este artículo os ayude en vuestro aprendizaje sobre el liderazgo de equipos y que os permita conocernos un poco más.
¡Hasta pronto!
Jesús Cordero, presidente de UNSA Andalucía.