En nuestro segundo artículo de soft skills, hoy queremos trasladaros la importancia que tiene hoy en día el trabajo en equipo, concretamente un equipo de alto rendimiento. A día de hoy, es el que venimos gestionando todos los integrantes que conformamos el personal que organiza SEIMUN 2016. Somos un grupo de personas que decide embarcarse en un proyecto apasionante pero que requiere mucha responsabilidad por cada miembro, nuevas ideas constantemente y sobre todo, una comunicación excelente.
Esta idea de equipo de alto rendimiento queremos trasladárosla y compartirla con vosotros, ya que podría ser un proyecto que alguno de vosotros también esté pensando llevar a cabo.
Ni qué decir que la gestión de un líder con un objetivo claro y la fe absoluta en el mismo debe superar el 100% y transmitir en sus estrategias y tareas la pasión que le ha impulsado a realizarlo. A partir de ahí, lo que sucede normalmente en la práctica diaria, es que esta persona comenta su idea a otras que sabe que pueden estar muy interesadas en ese fin (y cuyo nivel de compromiso hacia él debería haber analizado interiormente). Esto es así porque los equipos de alto rendimiento nacen de la innegable necesidad actual de que una persona no puede realizar proyectos de alto nivel solo, sobre todo teniendo en cuenta que los proyectos de trabajo están compuestos por distintas áreas o campos especializados: Finanzas, marketing, recursos humanos, producción, etc. Sin embargo, aquellas personas que se implican responsablemente dentro de uno, experimentarán una empatía y una capacidad de gestión muy valoradas por las empresas y muy valiosas para el crecimiento personal de uno mismo.
Estos equipos necesitan encontrar especialistas de confianza para una idea con potencial y no hay que confundirlos con los grupos de trabajo que se pueden conformar para una asignatura de la carrera, ya que les falta algo imprescindible: La motivación o pasión por el objetivo del proyecto y, por tanto, el compromiso innegable que requiere su perfección. La práctica más habitual que se utiliza para encontrar esos perfiles, a veces sin ser consciente de ello, es el conocido popularmente como el “boca-oreja”, lo que profesionalmente se conoce como el “networking” (red de contactos profesionales que tus propios conocidos/amigos te van generando).
Esta idea de equipo de alto rendimiento queremos trasladárosla y compartirla con vosotros, ya que podría ser un proyecto que alguno de vosotros también esté pensando llevar a cabo.
Ni qué decir que la gestión de un líder con un objetivo claro y la fe absoluta en el mismo debe superar el 100% y transmitir en sus estrategias y tareas la pasión que le ha impulsado a realizarlo. A partir de ahí, lo que sucede normalmente en la práctica diaria, es que esta persona comenta su idea a otras que sabe que pueden estar muy interesadas en ese fin (y cuyo nivel de compromiso hacia él debería haber analizado interiormente). Esto es así porque los equipos de alto rendimiento nacen de la innegable necesidad actual de que una persona no puede realizar proyectos de alto nivel solo, sobre todo teniendo en cuenta que los proyectos de trabajo están compuestos por distintas áreas o campos especializados: Finanzas, marketing, recursos humanos, producción, etc. Sin embargo, aquellas personas que se implican responsablemente dentro de uno, experimentarán una empatía y una capacidad de gestión muy valoradas por las empresas y muy valiosas para el crecimiento personal de uno mismo.
Estos equipos necesitan encontrar especialistas de confianza para una idea con potencial y no hay que confundirlos con los grupos de trabajo que se pueden conformar para una asignatura de la carrera, ya que les falta algo imprescindible: La motivación o pasión por el objetivo del proyecto y, por tanto, el compromiso innegable que requiere su perfección. La práctica más habitual que se utiliza para encontrar esos perfiles, a veces sin ser consciente de ello, es el conocido popularmente como el “boca-oreja”, lo que profesionalmente se conoce como el “networking” (red de contactos profesionales que tus propios conocidos/amigos te van generando).
Una vez que se han seleccionado los distintos perfiles, es imprescindible que todos los integrantes estén presentes para acordar: El objetivo del equipo, los integrantes y sus funciones, las normas de coordinación y trabajo, los canales de comunicación interna y de difusión externa del impacto, horas de trabajo y calendario de actividades, resultados esperados, etc. Y aun con todo esto, lo más importante es que el equipo conozca sus intereses personales, ya que la “salud” del proyecto depende del estado emocional individual y en conjunto de los integrantes que lo realizarán. No olvidemos que la mayoría de los proyectos de esta magnitud duran muchas semanas e incluso meses. Que su gestor utilice el sentido del humor y dinámicas de grupo es muy recomendable para que una gran idea no se quede en una aburrida división de tareas y áreas. Detrás de una gran idea hay mayores ilusiones.
El próximo artículo de Soft Skills entrará con más profundidad en este tema. Mientras tanto, deseamos que lo hayáis disfrutado.
Estas nociones de cómo trabajar en equipo son la esencia del equipo organizador de SEIMUN 2016.
¡Hasta la próxima semana!